Balada del tiempo perdido

Resultado de imagen para león de greiff

I
El tiempo he perdido
y he perdido el viaje…

Ni sé adónde he ido…
Mas sí vi un paisaje
sólo en ocres:
desteñido…

Lodo, barro, nieblas; brumas, nieblas, brumas
de turbio pelaje,
de negras plumas.
Y luces mediocres. Y luces mediocres.
Vi también erectos
pinos: señalaban un dombo confuso,
ominoso, abstruso,
y un horizonte gris de lindes circunspectos.
Vi aves
graves,
aves graves de lóbregas plumas
-antipáticas al hombre-,
silencios escuché, mudos, sin nombre,
que ambulaban ebrios por entre las brumas…
Lodo, barro, nieblas; brumas, nieblas, brumas.

No sé adónde he ido,
y he perdido el viaje
y el tiempo he perdido…

II
El tiempo he perdido
y he perdido el viaje…

Ni sé adónde he ido…
Mas supe de un crepúsculo de fuego
crepitador: voluminosos gualdas
y calcinados lilas!
(otrora muelles como las tranquilas
disueltas esmeraldas).
Sentí, lascivo, aromas capitosos!
Bullentes crisopacios
brillaban lujuriosos
por sobre las bucólicas praderas!
Rojos vi y rubios, trémulos trigales
al beso de los vientos cariciosos!
Sangrantes de amapolas vi verde-azules eras!
Vi arbolados faunales:
versallescos palacios
fabulosos
para lances y juegos estivales!
Todo acorde con pitos y flautas,
comamusas, fagotes pastoriles,
y el lánguido piano
chopiniano,
y voces incautas
y mezzo-viriles
de mezzo-soprano.
Ni sé adónde he ido…
y he perdido el viaje
y el tiempo he perdido…

III
Y el tiempo he perdido
y he perdido el viaje…

Ni sé adónde he ido…
por ver el paisaje
en ocres,
desteñido,
y por ver el crepúsculo de fuego!

Pudiendo haber mirado el escondido
jardín que hay en mis ámbitos mediocres!
o mirado sin ver: taimado juego,
buido ardid, sutil estratagema, del Sordo, el Frío, el Ciego.

León de Greiff 

Llamada viva

roses

Ponerse al margen
asistir a un pan
cantar un himno

menoscabarse en vano
abrogar voluntades
refrendar cataclismos

acompañar la soledad
no negarse a las quimeras
remansarse en el tomado

ir de lo ceñido a lo vasto
desde lo opaco a la centella
de comisión al sueño libre

ofrecerse a lo parco del día
si morir una hora tras otra
volver a comenzar cada noche

volar de lo distinto a lo idéntico
admirar miradores y sótanos
infligirse penarse concernirse

estar en busca de alma diferida
preparar un milagro entre la sombra
y llamar vida a lo que sabe a muerte.

– Ida Vitale.

De «Reducción del infinito» 2002

Soñé que me querías

fondorosas…y era como son los sueños que no son verdad, dulces en la boca y amargos en el llorar.
Soñé que me querías y yo de tanto soñar fui dando forma a tus besos y uniendo su calor a los míos.

Tracé los cielos azules y tus ojos con el brillo de mil lunas desconocidas.

A tu cuerpo le di las dimensiones de mi universo para que los mares se mecieran a tus pies y los vientos del mundo tejieran tus suspiros, y yo beber de sus vientos y forjar en él mi alma y único anhelo.

Era bueno mi sueño, y las melodías de tu voz eran el canto de las sirenas que me perdía.

Era amable la noche que cobijó mis ensoñaciones y también cómplices los tantos versos con que rimé tu recuerdo, tanto que el día se rindió a la noche para que ese sueño te invitara y ya no hubiera que despertar, y que ya toda la vida fuera contigo despierto soñar.
– Jacques Pierre

Esa musa indescriptible

Imagen relacionada

Erató, la musa de la poesía.  Desde el Renacimiento, se la representa coronada con mirto y rosas, llevando una pequeña lira o una cítara entre sus manos, instrumento de cuerda que Hermes inventó.  A veces la acompaña el dios Eros, el amor alado, representado como un niño. 

Cada 21 de marzo se celebra el Día Mundial de la Poesía. Esta conmemoración fue impulsada por la UNESCO en el año 2000 para promover la poesía como una forma esencial de cultura. Desde esta organización se considera que el mundo contemporáneo tiene necesidades, en el terreno de la estética, que la poesía puede cubrir siempre y cuando se reconozca su papel social. Por este motivo, era necesario crear un día específico que sirviera para mostrar la importancia de la poesía a la opinión pública. El Día de la Poesía es el marco en el que se efectúan las acciones para sostener este género literario, se valoran los esfuerzos de los pequeños editores que intentan entrar en el mercado y se fomenta la lectura y el conocimiento de la poesía; así como el interés sincero de muchas personas que se dejan enamorar por sus encantos, y que -pertenezcan o no al mundo de los libros y las letras-  tienen algo que agradecerle a la poesía, y la comparten, la difunden, la leen, la crean y la recrean. La recomiendan, la regalan, la usan, o la admiran.  La desprecian, le temen, o la veneran.  

Todos, en mayor o menor medida, tenemos que ver algo con la poesía, y una prueba de ello es que si hacemos el ejercicio mentar de recordar una sola línea de alguna que hayamos escuchado, lograremos evocarla. 

La poesía no quedaría bella encasillada en alguna definición que la atrape y le robe su forma. Yo creo que es el fuego del alma que usa como vehículo las palabras para transmitirse, sin quemar -o quemando- a los otros.  Yo creo que se trata de una bella musa que no puede describirse y que ha servido a los hombres de todas las eras para expresarse sin ser descubiertos.  

Como homenaje a esa bella musa indescriptible, y entre muchas que me gustan y me atrapan y me maravillan, comparto aquí una sola poesía: Elegía, de Miguel Hernández: 

(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón 
Sijé con quien tanto quería).

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

(10 de enero de 1936)

 

Elegía pertenece al libro «El rayo que no cesa» (1936). Este poema fue dedicado a la memoria de su “compañero del alma”, José Ramón Marín Gutiérrez, conocido con el seudónimo de “Ramón Sijé”. Ambos nacieron en Orihuela y entablaron amistad desde pequeños. Ramón Sijé acompañó a Miguel Hernández en sus primeras publicaciones, emprendiendo juntos la aventura literaria. La noticia de su inesperada muerte (de una septicemia fulminante, tras una infección intestinal, a la edad de 22 años) en la Nochebuena de 1935, significó un duro golpe para el poeta, que le rindió desde este poema un último homenaje.

 

Besos

 

Resultado de imagen para gabriela mistral

Hay besos que pronuncian por sí solos 
la sentencia de amor condenatoria, 
hay besos que se dan con la mirada 
hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles 
hay besos enigmáticos, sinceros 
hay besos que se dan sólo las almas 
hay besos por prohibidos, verdaderos.

Hay besos que calcinan y que hieren, 
hay besos que arrebatan los sentidos, 
hay besos misteriosos que han dejado 
mil sueños errantes y perdidos.

Hay besos problemáticos que encierran 
una clave que nadie ha descifrado, 
hay besos que engendran la tragedia 
cuantas rosas en broche han deshojado.

Hay besos perfumados, besos tibios 
que palpitan en íntimos anhelos, 
hay besos que en los labios dejan huellas 
como un campo de sol entre dos hielos.

Hay besos que parecen azucenas 
por sublimes, ingenuos y por puros, 
hay besos traicioneros y cobardes, 
hay besos maldecidos y perjuros.

Judas besa a Jesús y deja impresa 
en su rostro de Dios, la felonía, 
mientras la Magdalena con sus besos 
fortifica piadosa su agonía.

Desde entonces en los besos palpita 
el amor, la traición y los dolores, 
en las bodas humanas se parecen 
a la brisa que juega con las flores.

Hay besos que producen desvaríos 
de amorosa pasión ardiente y loca, 
tú los conoces bien son besos míos 
inventados por mí, para tu boca.

Besos de llama que en rastro impreso 
llevan los surcos de un amor vedado, 
besos de tempestad, salvajes besos 
que solo nuestros labios han probado.

¿Te acuerdas del primero…? Indefinible; 
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos 
y en los espasmos de emoción terrible, 
llenáronse de lágrimas tus ojos.

¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso 
te vi celoso imaginando agravios, 
te suspendí en mis brazos… vibró un beso, 
y qué viste después…? Sangre en mis labios.

Yo te enseñé a besar: los besos fríos 
son de impasible corazón de roca, 
yo te enseñé a besar con besos míos 
inventados por mí, para tu boca. 

 

Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, nombre de pila de Gabriela Mistral, (Vicuña, 7 de abril de 1889-Nueva York, 10 de enero de 1957), fue una poetisa, diplomática y pedagoga chilena. Una de las principales figuras de la poesía y literatura chilena y latinoamericana, fue la primera iberoamericana premiada con el Nobel: ganó el de Literatura en 1945.

A ti

Resultado de imagen para walt whitman

A ti  

Quienquiera que seas, sospecho con temor que caminas por los senderos de los sueños,
Temo que estas realidades ilusorias se desvanezcan bajo tus pies y entre tus manos,
Desde ahora tus facciones, alegrías, lenguaje, casa, negocio, modales, molestias, locuras, traje, se separan de tí,
se me aparecen tu alma y tu cuerpo verdaderos,
se apartan de negocios, comercio, tiendas, trabajo, granja, casa, compra, venta, comer, beber, sufrimiento, muerte.

Quienquiera que seas, pongo sobre tí mis manos para que seas mi poema,
te murmuro al oído:
he amado a muchas mujeres y a muchos hombres, pero a nadie he amado tanto como a tí.

Oh, he sido tardo y mudo,
debí haberme abierto camino hacia tí hace mucho tiempo,
no debí haber proclamado a nadie sino a tí, no debí haber cantado a nadie sino a tí.

Lo abandonaré todo y vendré, y cantaré himnos en tu honor,
nadie te ha comprendido, pero yo te comprendo,
nadie te ha justificado, y tú no te has justificado tampoco,
no hay nadie que no te haya encontrado imperfecto, sólo yo no hallo en tí imperfecciones,
no hay nadie que no haya querido esclavizarte, yo soy el único que no aceptará tu servidumbre,
yo soy el único que no te impone señor, ni dueño, ni superior, ni Dios, fuera de los que hay intrínsicamente en tí mismo.

Los pintores han representado sus grupos abigarrados alrededor de una figura central,
de la cabeza de la figura central se extiende un nimbo de luz áurea,
pero yo pinto miríadas de cabezas, y a ninguna le falta su nimbo de luz áurea,
que de mis manos, y del cerebro de todo hombre y mujer, fluye y resplandece eternamente.

¡Oh, yo podría cantar de tí grandezas y glorias!
No te has conocido a ti mismo, tu vida entera sólo ha sido un sueño interior,
tus párpados han estado cerrados casi siempre,
tus actos vuelven a ti para escarnecerte
(si tu trabajo, tu saber, tus plegarias no vuelven a ti para escarnecerte, ¿para qué vuelven?),
el escarnio no te pertenece, debajo de él y dentro de él te veo en acecho,
te he seguido hasta donde nadie te ha seguido,
si el silencio, la mesa de trabajo, la expresión petulante, la noche, la rutina diaria te ocultan de los demás o de ti mismo, no te ocultan de mí,
si el rostro rasurado, el ojo inquieto, la tez impura engañan a los demás, a mí no me engañan,
yo aparto el vestido llamativo, la actividad vergonzosa, la embriaguez, la codicia, la muerte prematura.
No hay don de hombre o de mujer que no se adapte a ti,
no hay virtud ni belleza en el hombre o en la mujer que no estén también en ti,
y ningún placer les aguarda al hombre o a la mujer que no te aguarde también a ti.

En cuanto a mí, yo no doy nada a nadie sin darte a ti otra cosa igual,
yo no canto la gloria de nadie, ni la de Dios, antes de cantar tu gloria.

¡Quienquiera que seas, reclama lo tuyo a cualquier precio!
Las pompas de Oriente y Occidente son insignificantes comparadas contigo, estas praderas inmensas, estos ríos interminables: tú eres inmenso e interminable como ellos,
estos furores, elementos, borrascas, movimientos de la naturaleza, agonías de aparente aniquilamiento: eres tú, hombre o mujer, su soberano o soberana,
soberano o soberana, por tu propio derecho, eres dueño o dueña de la naturaleza, elementos, dolor, pasiones, aniquilamiento.

Las trabas caen de tus tobillos, encuentras en ti recursos inagotables,
viejo o joven, hombre o mujer, grosero, bajo, rechazado por todos, lo que tú seas te proclama,
a través del nacimiento, vida, muerte, entierro, los medios abundantes, nada te será escatimado,
a través de cóleras, pérdidas, ambiciones, ignorancia, hastío, lo que tú eres se abrirá paso.

-Walt Whitman, hojas de hierba. 

Tú, quienquiera que seas

Resultado de imagen para Walt Whitman

Tú, quienquiera que seas, que me tienes ahora en tu mano,
Sin una cosa todo será inútil,
Antes que pretendas más de mi te advierto honradamente,
No soy lo que pensabas sino muy distinto.
¿Quién es el que se haría seguidor mío?
¿Quién se suscribiría candidato a mi afecto?

La senda es sospechosa y el resultado incierto, destructivo tal vez,
Habrías de renunciar a todo, yo sería tu única y exclusiva norma,
Tu noviciado sería largo y agotador,
Toda pasada teoría de tu vida y toda conformidad con las vidas que te rodean tendrían que ser abandonadas,
Déjame pues ahora, no te incomodes más, quita tu mano de mi hombro,
Déjame y sigue tu camino.

O bien inténtalo en secreto en algún bosque,
O detrás de una roca al aire libre
(Porque en las techadas habitaciones de una casa no me muestro, ni en compañía,
Y en las bibliotecas estoy mudo o tonto, como nonato o un muerto),
Pero quizás en una alta colina, seguros de que nadie pueda acercarse y sorprendernos,
O tal vez en el mar, o a la orilla del mar, o en alguna isla silenciosa,
Te permitiré poner tus labios en los míos
Con el moroso beso del camarada o del nuevo esposo,
Porque yo soy el nuevo esposo y el camarada.

O, si quieres metiéndome bajo tus ropas,
Donde yo pueda sentir el latido de tu corazón o descansar en tu cadera,
Llévame cuando vayas por tierra o por mar,
Porque sólo tocarte me basta
Y así tocándote dormiré en silencio y seré llevado eternamente.Pero estas hojas te ponen en peligro,
Porque a estas hojas y a mí no nos entenderás,
Ellas te eludirán al comienzo y más aún después y yo te eludiré ciertamente,
Aún cuando pienses que me apresaste: mira,Ya ves que escapé de ti.

Porque no escribí este libro por lo que en él puse,
Ni es leyéndolo como lo comprenderás,
Ni me conocen mejor quienes me admiran y se jactan de alabarme,
Ni tendrán la victoria (excepto muy pocos) los candidatos a mi amor,
Ni mis poemas harán bien solamente: harán mal en la misma medida y más acaso,
Porque todo es inútil sin aquello a que yo he aludido, lo que tal vez muchas veces sin acertar conjeturas;
De modo que déjame y sigue tu camino.

-Walt Whitman

Dos poemas de Fernando Pessoa

Resultado de imagen para fernando pessoa

El 13 de junio de 1888 nació el escritor y poeta portugués Fernando Pessoa. Aquí dos poemas suyos para conmemorar el aniversario de su nacimiento.

He pasado toda la noche sin dormir, viendo… (*)

He pasado toda la noche sin dormir, viendo,
sin espacio tu figura.
Y viéndola siempre de maneras diferentes
de como ella me parece.
Hago pensamientos con el recuerdo de lo que
es ella cuando me habla,
y en cada pensamiento cambia ella de acuerdo
con su semejanza.
Amar es pensar.
Y yo casi me olvido de sentir sólo pensando en ella.
No sé bien lo que quiero, incluso de ella, y no
pienso más que en ella.
Tengo una gran distracción animada.
Cuando deseo encontrarla
casi prefiero no encontrarla,
Para no tener que dejarla luego.
No sé bien lo que quiero, ni quiero saber lo que
quiero. Quiero tan solo
Pensar en ella.
Nada le pido a nadie, ni a ella, sino pensar.

Versión de Teodoro Llorente*

No tengas nada en las manos… (*)

No tengas nada en las manos
ni una memoria en el alma,

que cuando un día en tus manos
pongan el óbolo último,

cuando las manos te abran
nada se te caiga de ellas.

¿Qué trono te quieren dar
que Atropos no te lo quite?

¿Qué laurel que no se mustie
en lo arbitrios de Minos?

¿Qué horas que no te conviertan
en la estatura de sombra

que serás cuando de noche,
estés al fin del camino?

Coge las flores, mas déjalas
caer, apenas miradas.

Al sol siéntate. Y abdica
para ser rey de ti mismo.

Versión de Ricardo Reis *

Whitman y el Club de los Poetas Muertos

 

¡Oh Capitán! ¡Mi capitán! Nuestro espantoso viaje ha concluido;

El barco ha enfrentado cada tormento, el premio que buscamos fue ganado;

El puerto está cerca, las campanas oigo, toda la gente regocijada,

Mientras los ojos siguen la firme quilla de la severa y osada nave:

Pero ¡oh corazón! ¡Corazón! ¡Corazón!

Oh las sangrantes gotas rojas,

Cuando en la cubierta yace mi Capitán

Caído, frío y muerto.

II

¡Oh Capitán! ¡Mi capitán! Levántate y escucha las campanas;

Levántate —por ti se ha arriado la bandera— por ti trinan los clarines;

Por ti ramos y coronas con cintas— por ti una multitud en las riberas;

Por ti ellos claman, el oscilante gentío, sus ansiosos rostros a ti se vuelven;

¡Arriba Capitán! ¡Querido padre!

Este brazo bajo tu cabeza;

Es tan sólo un sueño aquél en la cubierta,

Tú has caído frío y muerto.

 III

Mi Capitán no responde, sus labios están pálidos y quietos;

Mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso ni voluntad;

El barco se encuentra anclado sano y salvo, su viaje concluido y terminado;

De una horrorosa travesía, el barco vencedor, viene con un objeto conquistado;

¡Regocíjense, oh riberas y repiquen, oh campanas!

Pero yo, con lúgubre andar

Camino la cubierta donde yace mi Capitán,

Caído, frío y muerto.

* * *

¿Se hace familiar el título del poema o el poema mismo? Yo lo escuché y leí por primera vez gracias a un viejo compañero de la Universidad, el mismo que me enseñó al autor, y otra grande de la poesía norteamericana, que es Emily Dickinson. Posteriormente, ya me sería más familiar, y luego me alegró escucharlo en la película “El club de los poetas muertos” que trata sobre un profesor de Literatura que intenta contagiar a sus alumnos el gran amor que siente por la poesía. En la película, el primer día de clase el profesor les hace arrancar una hoja de su libro de poesía inglesa porque tiene claro que la poesía no es esa cosa tan mecánica que describe el libro sino algo totalmente diferente, algo que no se puede expresar en palabras, algo que intentará transmitir a sus alumnos a lo largo del inolvidable curso que pasarán juntos. Esta es la escena: 

…dando un área masiva total que nos revelará que el poema es verdaderamente grande. Al ir viendo los poemas de este libro, practiquen este método de medición, al aumentar su habilidad para evaluar los poemas de esta manera, también aumentará su disfrute y comprensión de la poesía”.

—Un excremento: eso me parece el señor Evans Pritchard. No se trata de tuberías, hablamos de poesía. ¿Cómo se puede describir a la poesía como el concurso de Miss América? “Si, me gusta Byron, le doy 42 puntos pero le fallan las piernas”.

                                  * * *

Esta película acaba con una escena muy emocionante en la que el profesor es expulsado injustamente del colegio y sus alumnos, para rendirle homenaje, se suben de uno en uno encima de sus pupitres y le dicen: ¡Oh capitán, mi capitán! 

         ¿Quién escribió este bello poema?

El autor de este bello poema fue el poeta estadounidense Walt Whitman. Se lo escribió al presidente Abraham Lincoln cuando fue asesinado. 

Whitman

Para comprender un poco el contexto original de este poema hayque saber un poco acerca de la Guerra de Secesión de los Estados Unidos. Esta guerra tuvo lugar entre los años 1861 y 1865. Durante cuatro años los Estados del Norte se enfrentaron a los Estados del Sur. Durante este tiempo hubo dos presidentes en los Estados Unidos en lugar de uno: el de los Estados del Norte fue Abraham Lincoln y el de los Estados del Sur: Jefferson Davis.

Fueron los Estados del Norte quienes ganaron la guerra, es decir, aquellos estados gobernados por Lincoln. Pero éste no pudo disfrutar de la victoria. Pocos meses antes de ganar la guerra, fue asesinado y su muerte causó una gran conmoción entre la población norteamericana.

Walt Whitman fue uno de esos ciudadanos conmocionados y sintió la necesidad de hacer un homenaje a su presidente. Identificó a Lincoln con el capitán de un navío que vuelve a puerto después de una muy dura travesía. Todo el mundo le espera en el puerto con vítores y aplausos, pero inexplicablemente, el capitán está muerto, “yace frío y muerto”.

Con estos versos Walt Whitman quería expresar su pena porque Abraham Lincoln, después de haber guiado con acierto a los Estados del Norte a lo largo de cuatro largos y sangrientos años, fue asesinado, arrebatándosele no solo la vida sino el homenaje que el pueblo le hubiera hecho pocos meses después por haber ganado la guerra. 

Con el pasar de los años el poema, así como toda la obra poética y en prosa de Whitman, ha sido valorada en muchas élites académicas e intelectuales, llegándose a convertir en fuente de inspiración incluso para no pocas manifestaciones de sentimientos.  El poema en mención bien podría tratarse también de una despedida amorosa, de esas en las que termina una relación.  Sí. Cuando dos almas que han estado unidas deben separarse, no quedará otra cosa que decir con hondura en el alma ¡Oh capitán, mi capitán! nuestro espantoso viaje… ha terminado. 

D E F E N S O R D E L A H U M A N I D A D

AlejandroMagno

 

N.B: Este texto es bello, pero no tiene ya vigencia. Lo escribí hace algunos años.  Sea hoy un homenaje a Alejandro Magno. 

D E F E N S O R    D E    L A    H U M A N I D A D   
significa tu nombre,
porque es fuerte la palabra y poderosa. Así eres.
Como la palabra que llega,
viniste enredado en el tiempo
a un ritmo de pasos que yo no conocía.

Llegas, como de un sueño de ángeles,
de beso en beso bebo la vida de tu boca dulce,
definida, hermosa, suave y perfumada
y me sumerjo en tu mirada
y en tus brazos sueño…
                          Me escapo.

Cuando te acercas,
cuando somos los dos dueños de la vida
cuando soy yo el dueño de tu risa
tu olor se queda en mi memoria
                           Y enamorado respiro.

Cuando te busco con mis manos,
cuando te claman mis abrazos
sé algo, sabemos ambos algo:
No eres tú ni yo:
                             Somos los dos encontrados.

Ahora podría juntar
mil frases con las que te describo…
Sí, esas que tantas veces me has oído
y tan solo un instante y te diría todo
tras tu llegada, imaginada o no;
lo dices todo cuando te haces luna
que eclipsa todas mis noches
                           -Como el más hermoso gato pardo-

Podría describirte entonces en mis tontos poemas
pero sé, que el más lindo
el más armonioso,
el que más me gusta,
el más encantador de todos los poemas
no ha salido ni saldrá de mi mano
ni de la mano de ningún poeta
                          -Ni siquiera nuestro Whitman-

Porque ese poema está escrito
en el papel mismo de la vida:
Eres tú, amor, el más bello poema
que estos miserables ojos han visto en la existencia.

Ahora bien;
de los dos mi corazón quiere saber
quiere sentir, quiere vivir
que te quiero a mi lado,
que te vengo buscando desde el fondo del abismo
y llegué a la luz de tus ojos
a la luz de lo más hermoso
que esconde tu hermosura:
                                Tú mismo.

Mira: te has fijado que es de tí de quien hablo,
sé que lo sabías, pero… ¿Sabes cuántas veces
he pensado en tí para escribirlo?
Ahora que lo sabes, entonces toma este público secreto:
                                    Te amo. 

Sí. Te amo con o sin razón ni excusa,
te amo por causa y por efecto
te amo sin cadenas, más bien con tus alas
y las mías en pleno vuelo.
Te adoro por simbiosis, 
te amo en la medida de las cosas, 
sin saber nada, ni un ápice, ninguna letra… 
                                       nada más 

Solo sabiendo lo único que sé 
y lo único que quiero saber
y seguir sabiendo
                                 que te amo 

Defiéndeme, defiéndeme a mí,
¡Defensor de los hombres!
De la vil tentación de un día no mirarte,
del vulgar deseo siquiera de pensarlo,
de contemplar siquiera un día sin tí a mi lado
                                 -Alexandros-

Sé tú mi escudo, mi fortaleza,
mi alcázar y mi peña.
Mi roca poderosa, mi sombra amorosa,
dedicada y protectora…
yo te amo indeciblemente, 
                                 como a nadie

Defensor de la humanidad
significa tu nombre…
hermoso nombre que me ha cautivado
que me envuelve, que me llena,
que es pleroma interminado.
Sí, ha de reconocer mi alma,
-cual verdad dogmática-
que te he amado a tí como a nadie
                                       He amado.